Tradición, capacidad de evolución y, sobre todo, el orgullo de haber aunado ambas creciendo junto a un deporte de cuya historia formamos parte ya para siempre, representan a nuestra empresa. Palas Euskalduna nació hace más de 60 años junto a una modalidad que se desarrolló a lo largo del siglo pasado en el entorno del frontón que fue catedral mundial de la pelota y del que tomó su nombre.
De forma completamente artesanal en un principio, como correspondía a la época, Palas Euskalduna supo dar entonces una respuesta natural a unos palistas y a una modalidad que en una ciudad como Bilbao alcanzaron durante años una representatividad como no se había conocido antes. Unidos al deporte de la pala crecimos y evolucionamos juntos, compartiendo de la mano los más bellos momentos de la historia de esta, para muchos, la más difícil modalidad de la pelota.
A lo largo del último siglo, el deporte de la pala ha ido cambiando junto a la propia sociedad y, como no podía ser de otra forma, Palas Euskalduna ha sabido responder a estos cambios sin perder nunca el carácter que le dio origen en aquel frontón ya desaparecido, en el que juntos fueron testigos de los tiempos gloriosos de un deporte.
En una sociedad más orientada hacia el ocio deportivo, la pala ha dejado de ser sobre todo práctica profesional y nuevas herramientas han ido sustituyendo a las tradicionales palas del siglo pasado de gran dificultad; necesariamente el proceso de elaboración de las herramientas ha ido automatizándose, gracias a una moderna tecnología, aunque no por ello se ha perdido en este proceso un carácter artesanal que, de generación en generación, se ha ido transmitiendo como el mayor valor de nuestra empresa.
Un siglo después de que fabricáramos nuestra primera pala, Palas Euskalduna sigue siendo, más que nunca, la empresa de referencia en la fabricación de palas; unas palas fabricadas con haya elegida y cuyo sello de referencia es, por encima de cualquier otro, la calidad y el amor a un deporte.